A veces la vida no tiene ninguna gracia, eso es sabido.
Muchas veces nos encontramos con que hemos remado sin parar y al fin morimos en la orilla sin alcanzar la arena.
A veces cuando miras mucho tiempo al abismo, el abismo también mira dentro de ti.
¿Y cual es la solución?
Reírse de y con uno mismo, seguir remando, y nadando sin descanso, con la vista fija en la orilla que al final alcanzaremos.
Dejar de mirar al abismo, esté dentro de nosotros mismos o en el cruel mundo que nos rodea, y fijar la vista en hermosas colinas y montañeras nevadas.

A MAL TIEMPO BUENA CARA

Como estar bien por dentro y que se refleje en nuestros rostros... sin necesidad de crema antiarrugas.


Todos necesitamos paz, paz de espíritu,  y podemos conseguir  esa paz como dice Elvira Lindo ( Marie Claire opinión), si tenemos al lado una buena compañía, un trabajo digno ( que difícil hoy...), tiempo libre, dinero suficiente para dormir tranquilos salud propia y de los tuyos. Nada más relajante que la ausencia de egolatría y la relación armónica con el mundo. Todo esto aporta algo parecido a la felicidad.
Hoy por razones que todos conocemos es bastante difícil obtener todos estos dones, que se pueden considerar como lo mínimo a lo que podemos aspirar, y aun así debemos poner a mal tiempo buena cara, y sonreír todas las mañanas al levantarnos confiados en que el nuevo día merecerá la pena ser vivido ¡ a pesar de todo!